Cuando alguien menciona a Silvia Torres Carbonell inevitablemente asocia su nombre al emprendedurismo. Es una de las principales referentes del ecosistema y una impulsora de la formación de los futuros empresarios. Presidente Emérita EmprendeIAE, Torres Carbonell será una de las oradoras en el 5º Encuentro de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas (ACDE), que se realizará el próximo miércoles en esta ciudad y que reunirá a más de 300 empresarios, ejecutivos y profesionales del norte argentino. Antes de su arribo a Tucumán, la profesora a cargo de Entrepreneurship e Innovación en los Programas Master y Ejecutivos del IAE la siguiente entrevista telefónica a LA GACETA.
-En medio de tanta volatilidad económica, ¿cómo hace un emprendedor para desarrollar su idea?
-No hay mejor momento en la historia de la Argentina para emprender cuando se atraviesa un proceso de incertidumbre. Un busca transformar el riesgo y agarra más coraje para aprender del contexto y encontrar las oportunidades. En esa realidad, no debemos perder de vista que también tenemos acceso a la información, para establecer cuándo puede llegar a producirse la apertura del mercado. Algo que hay que consolidar en la Argentina es el concepto de la revalorización del empresario y del emprendedor como los reales generadores de riqueza. Hoy contamos con la tecnología a mano, algo que, en el pasado, tenía un costo impensado. Todo esto nos lleva a mirarnos en perspectiva y decir, a través de la experiencia, que el talento argentino es notorio, con una capacidad natural de creatividad y de resiliencia frente a procesos difíciles para superarlos. Por eso el mundo nos está mirando y nos está esperando. Naturalmente que en el contexto económico hay que arreglar muchas cosas exigirle al Estado que recrear las condiciones para invertir y desarrollar ideas, bajando impuestos y quitando más regulaciones. Esto, indudablemente, liberará la fuerza productiva en una Argentina que, además de recursos humanos maravillosos, posee recursos naturales espectaculares.
-¿Cómo está el ecosistema emprendedor?
-Ese ecosistema emprendedor se está ampliando permanentemente, durante todo el día. Desde Emprende IAE para el programa Naves estamos recibiendo este año 1.900 proyectos en todo el país; desde los lugares más remotos que uno puede pensar. Se trata de una suerte de filtro para los programas de formación. Uno observa las ganas y la pasión que le ponen los emprendedores con el uso de tecnología y biotecnología, por ejemplo, para el uso en el agro y en distintas actividades industriales. Es un movimiento importante, como el que vimos también en el concurso “Emprendimiento Argentino” 2025 organizado por la Secretaría de la Pequeña y Mediana Empresa, Emprendedores y Economía del Conocimiento del Ministerio de Economía de la Nación. Hubo 800 proyectos, de los cuales elegimos una docena de finalistas, divididos en dos categorías. Hay todo un movimiento importante. ¿Falta? Claro que sí, pero estamos absolutamente convencidos de que vamos por buen camino para consolidar aquel ecosistema emprendedor.
-En el proceso de consolidación de un proyecto se necesita financiamiento. Y una de las modalidades es apelar a los ángeles inversores...
-Estamos promoviendo y lanzando en Tucumán un programa de la Escuela de Inversores Ángeles. Es una iniciativa que lleva varios años y que se impulsó desde el club Alumni del IAE Business School. Una de las sedes de la escuela está en Córdoba y ahora queremos instalar otra en Tucumán. Hay inversores ángeles interesados en diversificar los riesgos, porque no solamente se vuelca capitales en ladrillos cuando se tiene cierto excedente patrimonial. La industria y el capital de riesgo han experimentado una fuerte suba en 2021, tras la pandemia de la Covid 19, aunque luego bajaron por efecto del cambio de tasas a nivel internacional. De a poco, sin embargo, vuelven a crecer y hay interés en financiar iniciativas emprendedoras. Hoy las posibilidades están abiertas y se puede emprender en cualquier parte del mundo. Falta mejorar la conectividad y el acceso a dispositivos. No digo que todo sea perfecto, pero sí me siento, en este aspecto, como una optimista realista.
-¿Cómo se está transformando el emprendedor para adaptarse a los cambios globales?
-A lo largo de estos años, se observa que el emprendedor argentino tiene la apertura necesaria para ampliar su mirada global. No se queda solamente con lo local, ya que la tecnología le permite acceder a más proveedores internacionales y ampliar su mercado, para que no sean solo aquellos que están a la vuelta de la esquina. En general, el argentino es un gran adaptador de tecnologías. En su momento, fueron los primeros en adoptar internet como herramienta de trabajo en la región; después en fintech y también en blockchain. Una no deja de reconocer, sin embargo, los problemas enormes que tenemos en educación. Lo que acaba de salir, al bajar el promedio de chicos que no terminan la secundaria es preocupante. Lo vimos en el informe de Argentinos por la Educación. Es una locura mirar esos números. La educación es la columna vertebral de una persona, porque, de otro modo, no podrá sostenerse en el mercado. Algunas startups están desarrollando tecnología para la educación, transformando los contenidos curriculares para llegar, de forma remota, a más escuelas. Quiero decir que hay muchos problemas, pero también muchas oportunidades.
-En otras palabras, ¿el que se paraliza frente a un escenario complicado pierde?
-Nunca hay que quedarse paralizado. Justamente, la actividad emprendedora no se detiene ni ante la incertidumbre ni ante las crisis. En todo momento, transforma obstáculos en oportunidades. En el paso hacia otra etapa en el proceso emprendedor, una persona toma decisiones en el que juegan tres cuestiones: la mente, el corazón y la pasión. Todos tenemos la pasión de intentar desarrollar nuestras ideas. No es tampoco racionalizar todo el tiempo para encontrar oportunidades en el mercado, pero tampoco se pueden ejecutar sin planificación y desarrollo. Un emprendedor, además, debe identificar los problemas. Así arranca el proceso, preguntándose qué problemas puedo resolver y a quiénes. Mirar, asimismo, quiénes lo están haciendo (potenciales competidores) y diferenciarse con una propuesta de valor. Así se llega más directamente a las oportunidades. En un viaje a Silicon Valley tuve la oportunidad de hablar con un profesor de la Universidad de Stanford. Me comentaba que, en ese lugar, pocos saben cuáles son las soluciones que deben desarrollar porque tienen casi todos los problemas resueltos. Ahora tratan de resolver a través de la Inteligencia Artificial para que los ayude a identificar otros procesos. En cambio, nosotros, como o como región, si caminamos cinco cuadras podremos encontrar un sinnúmero de cuestiones a resolver y preguntarnos internamente qué querría desarrollar para que tal o cual cuestión se haga mejor. Esa es la oportunidad; luego, naturalmente, hay que armar un modelo de negocio para analizar cómo construyo el valor que quiero entregar, cuál es el mercado y cómo generar ingresos para pagar los costos y cuánto margen me puede quedar. Uno puede pensar que se puede emprender solo, pero creo que cualquier iniciativa requiere elegir los socios adecuados para desarrollarlo. Hay que identificarlos; pueden estar afuera o ser familiares. Muchas veces, en el proceso el problema es el equipo, pero es un factor clave. Luego hay que planificar bien para no quedarse sin caja para expandirse.
-¿Cuando se logra consolidar la idea, se queda en que es exitosa o puede hacerla mejor?
-Siempre hay que pensar que se puede hacer mejor. Las oportunidades son eternas. Te va bien en un negocio y pueden venir convirtiéndose en otra idea. No podés estar tranquilo nunca. Emprender es un proceso de innovación y de construcción permanente. Nunca hay que quedarse quieto.
-¿Cuánto pesa la educación en el proceso emprendedor?
-Muchísimo. Hoy hay toda una discusión académica respecto de que si se hace o se nace emprendedor. La realidad muestra que, más allá de que tengas potenciada algunas características de tu personalidad, emprender va más allá de eso. Es actitud y aptitud que se construyen y que se desarrollan. Por eso la clave es la formación. Hay que estar prendidos y alertas con las nuevas técnicas. Por otro lado, hay que interiorizarse sobre los principios básicos del management y del marketing para marcar diferencias. Además de la formación, está el acompañamiento de los mentores, de los tutores y de los pares dentro de un ecosistema emprendedor. Es mejor aprender dentro de un entorno que en solitario, acercarse a una universidad, a una organización o al sector público local que suele contar con programas.
-Pero, ¿cómo se refuerza la actitud emprendedora en medio de tantos problemas?
-La actitud emprendedora está en la esencia del ser humano. Dios creador no dio algo particular: la capacidad de cocrear. Todos queremos ser algo mejor; más útil, más práctico. Emprender no quiere decir sólo crear una empresa; se puede ser emprendedor en un radio particular, en una gran compañía, en el Estado mismo, en una organización sin fines de lucro, en un equipo de fútbol o en una parroquia. No debemos conformarnos con ser meros espectadores de una realidad; hay que ser protagonista del cambio, para bien.
Encuentro ACDE
“La esperanza en las decisiones que transforman” será el lema
Bajo el lema “La esperanza en las decisiones que transforman”, ACDE Tucumán celebrará el próximo miércoles el 5º Encuentro ACDE, que reunirá a más de 300 empresarios, ejecutivos y profesionales del norte argentino. Se hará de 9 a 17 en el Hotel Sheraton Tucumán y se propone como un espacio de diálogo e inspiración para líderes que buscan transformar la sociedad a través de un liderazgo humano, innovador y con propósito que debe tener siempre como fin al ser humano y al bien común.
La jornada contará con la participación de destacados referentes como Silvia Torres Carbonell, profesora y presidenta emérita de Emprende IAE y presidenta de Fundación Ruta 40; Daniel Herrero, ex presidente de Toyota Argentina y actual presidente de Prestige Auto; y Enrique Zuleta Puceiro, presidente de OPSM Consultores. Los disertantes abordarán los grandes desafíos del liderazgo empresarial, la educación con valores y los pilares invisibles del desarrollo del norte. Además de los paneles principales, el Encuentro ACDE incluirá cápsulas dinámicas y breves intervenciones que presentarán ideas innovadoras en un formato atractivo y de alto impacto. Éstas ofrecerán a los participantes nuevas miradas para repensar sus estrategias empresariales y adoptar decisiones disruptivas que permitan proyectar sus organizaciones hacia el futuro. La jornada cerrará con una oración interreligiosa y un espacio de encuentro entre los participantes.